Heredero de galantes Tenorio y caballeros de las Flores, en mi reino que he levantado jamás he sido conquistado, algunos besos he robado y de corazones me he adueñado. Por el reino de una princesa me he sentido cautivado, por su belleza sin igual y su arrogancia amenazado. Con su amor como estandarte sus misivas fueron versos, con la artillería de sus ojos y la estampida de sus besos mis defensas son vencidas y en sus brazos caí preso. Es mi corazón su habitación y de sus placeres soy cautivo, voy sintiéndome más vivo con su inmenso corazón... Emulando al Tenorio y doña Inés hoy revivo la historia otra vez.