Llévame contigo

Guárdame en el iris de tus ojos
o en la comisura de tus labios,
en el primer recuerdo del día 
o en el último suspiro de la noche.

Quizá en la oración de la mañanas
o bajo la almohada de tu cama 
en el suave respirar de tu sueño
o en el sube y baja de tu pecho.

Guárdame dónde tú prefieras
pero llévame siempre contigo,
porque gracias a tu presencia
es que aún en la distancia, me haces sentir vivo...

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