Mi cuaderno

Apareces líquida como la lluvia derramándose en mi ardiente piel con tus besos recorres cada rincón y yo voy disfrutando de tu miel. Tus manos me van envolviendo provocándome un dulce placer, me vas conduciendo al punto que lo que me pidas, voy a ceder. El negro terciopelo de la noche, me lleva a navegar en tu mirada que emulan el brillo de estrellas y perderme en tu boca de granada. En los senderos de tu cuerpo tu corazón he podido escuchar, removiendo todos mis sentidos sintiendo cuánto te puedo amar. Estás presente en mi sueños, ya sabes todo lo que provocas, loco por descubrir los besos que guarda para mí tu boca.

Hoy somos novios entregando todo, dando tiempo de calidad a nuestra vida, porque sabemos que ésta es efímera y en nuestro final sólo seremos los dos. Me regalas tu sonrisa como nota musical y el viento se alimenta de mis suspiros. Tus labios suaves como pétalos de rosas y los míos se vuelven versos en tu boca. Tu voz es un dulce cantar de aves, yo sólo te declamo odas y poemas. Me tocas y en mi piel florece la primavera, yo en tu cuerpo conjugué el verbo amar. Tus besos dejan en mi perfume de vida, yo te entrego el más amoroso néctar. Estaré siempre contigo amada piel canela, porque juntos somos un jardín de flores...

Me confieso adicto de tu tacto a la oscuridad de tus ojos que son mi luz a la luna que se dibuja en tu sonrisa al sabor de tus besos y tu boca en la mía a tu humedad lubricando mi hombría soy adicto de tus noches y tus días.

En nuestras noches de pasión, somos un sólo latido cuando me vuelvo tus alas, mis dedos son plumas volando libremente hacia tu sur, una caricia, un beso, un suspiro, te hacen arquear la espalda y en tu pecho nace la luz, una ola nos envuelve de deseo porque en mis brazos estás Tú.

La noche nos trajo momentos de pasión, el fuego se consumió al llegar la aurora, sólo tus huellas en mi piel quedan ahora, el corazón fué roto por tu traición y en el vacío que por tu ausencia implora, albergo la esperanza que te haga volver la razón.

He bordado de sueños a tu lado cada una de mis noches, zurcí mil pedazos de ilusiones rotas a las plumas de mis alas. Y en medio de cada promesa no cumplida y proyecto inconcluso, no hay nada que ocupe más espacio que tu ausencia.

Hundido en el pozo de mis decepciones,  te miro a través del cristal opaco de mis ojos,  entre tantos poemas que te pude escribir, no logré conmover tu corazón vacío, quedan restos de esperanza aún latente, con tu presencia que provoca mi delirio.

De espalda a su centro de placer me ata al ritmo de su cadera aunque la tengo, yo soy la presa, por su ardiente piel estoy perdido su entrega acompañada de suspiros en cada estocada un gemido, en su estrechez me hace sentir vivo.

Por su magia que me hipnotiza me estoy acostumbrando a tu boca, más bella que luna de octubre o que atardecer de verano, a la perfecta armonía de tus labios, como adagio de partitura vocal, más que poesía en rima o prosa, como un coro de ángeles en tu boca.